Una inyección epidural es un procedimiento invasivo que consiste en la administración de medicamentos en el espacio epidural, es decir, en el espacio situado en la columna vertebral que rodea a la duramadre (membrana meníngea más externa) formado por tejido conjuntivo laxo, grasa y plexo venoso.
Se utiliza principalmente para administrar esteroides, antiinflamatorios o analgésicos directamente a la raíz de los nervios de la columna de forma que disminuyan el dolor o inflamación de forma temporal (pudiendo ser de larga duración). Para realizar esta técnica se pueden utilizar diferentes métodos para guiarse durante la intervención:
Fluoroscopia: radiografía que obtiene imágenes a tiempo real de órganos y tejidos mediante rayos X
Tomografía axial computarizada (TAC): al igual que el anterior permite obtener imágenes a tiempo real mediante rayos X, la diferencia es que en este caso se obtendrán de cortes o secciones del tejido en múltiples planos.
Este procedimiento se utiliza principalmente durante el parto, pero también para aliviar el dolor ante un disco vertebral herniado que presione los nervios, estenosis vertebral, síndrome de la espalda fallida u otras lesiones en los nervios vertebrales.
En cuanto a la intervención, la posición del paciente tendrá que ser decúbito prono o lateral, se limpiará la zona y se le administrará un analgésico local previamente para mitigar posibles molestias. Antes de suministrar el medicamento se inyectará un material de contraste para mejorar la visibilidad.
Una vez realizada la inyección el paciente deberá permanecer bajo vigilancia durante 15 minutos por posibles complicaciones como inmovilidad, hipotensión o incapacidad de vaciar la vejiga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario