domingo, 4 de diciembre de 2022

Sondas Nasogástricas

 Si de algo me ha servido el haber pasado ya dos semanas en la planta de Digestivo del hospital es, sin duda, saber qué son, cómo se colocan y para qué sirven las sondas nasogástricas.


Pues bien, estas sondas son unos tubos finos (de látex o silicona) que se introducen por la nariz del paciente hasta llegar a su estómago; la intención de estas sondas es hacer un lavado gástrico, aspiraciones para limpieza o toma de muestras. Pero su uso más común es llevar alimento o medicamentos al estómago en aquellos pacientes que por cualquier motivo no puedan hacerlo por sí mismos.


¿Qué tipos de sondas tenemos?

Los tubos que pasan de los orificios de la nariz en el duodeno o yeyuno son llamados tubos nasoentéricos o nasoenterales. La longitud de estos tubos bien puede ser media (usado para la alimentación) o larga (utilizado para la descompresión, por aspiración).
Hay varios tipos de tubos nasogástricos utilizados en la intubación gastrointestinal, pero los dos siguientes son los más comunes:


Tubo de Levin: es un tubo de plástico de usos múltiples de un solo lumen que se utiliza comúnmente en una intubación nasogástrica.

Sonda gástrica Salem: es un tubo de doble lumen con una «cola de cerdo» que se utiliza para la succión intermitente o continua.

¿Cómo colocar una de estas sondas?

Cuando uno de nuestros pacientes necesita ser sondado, es el equipo de enfermería quien, conjuntamente con los auxiliares, se encarga de ello. Como materiales tenemos.

  • Guantes no estériles
  • Sonda nasogástrica con las características adecuadas.
  • Lubricante hidrosoluble
  • Gasas
  • Apósito para fijar la sonda (hipoalergénico)
  • Jeringa de 60 cc conexión ENFIT si la sonda que vamos a colocar es para administrar alimentación o cono excéntrico para otros usos.
  • Fonendoscopio
En este vídeo, aparte de repasar el material ya mencionado, se procede a la colocación de una sonda nasogástrica, resulta interesante verlo para tener una idea más visual del proceso.


Una vez tenemos colocada la sonda en nuestro paciente, procedemos a la actividad que tuviéramos por objetivo. En el caso de tratarse de una aspiración gástrica (para eliminación de jugo o contenido en el estómago) esta sonda se conecta a una toma de aspiración que tenemos en la pared del hospital al lado de cada camilla, el contenido del estómago saldría por la sonda, unida a un tubo y acabaría en un contenedor de residuos con marcas para saber la cantidad de jugo retirado.

La mayoría de las sondas que se colocan, se hacen con la intención de tenerlas un tiempo colocadas, cuando se trata de nutrición pueden ser desde días hasta meses. Las que se suelen retirar antes o se colocan con intención de tenerlas puestas menos tiempo son aquellas que empleamos para hacer un lavado o tomar una muestra y luego retirar, aunque para ello también se emplean otros métodos, ya que la colocación de una sonda es molesta, tediosa y puede darle náuseas al paciente.

Cuando tenemos una sonda colocada para administración de comida o fármacos, es importante ir lavándola tras cada una de las administraciones, de lo contrario pueden quedar restos en el tubo que obstruyan el paso de los próximos alimentos que introduzcamos.

  • Primero, lavamos nuestras manos con agua y jabón, como para cualquier procedimiento invasivo.
  • Después de terminar la alimentación, agregaremos agua tibia a la jeringa de alimentación y la dejamos fluir por efecto de la gravedad.
  • Si el agua no pasa, probamos cambiando de posición un poco o ponerle el émbolo a la jeringa y empujarlo suavemente hasta la mitad. No debemos presionarlo de golpe o con fuerza.
  • Retiramos la jeringa y volvemos a tapar la sonda. El procedimiento es el mismo que emplearíamos para hacer el lavado de una vía.


Durante el tiempo que el paciente tenga puesta la sonda, tenemos que asegurarnos de que su piel se mantiene cuidada, íntegra y que esta no le produce rozaduras o posibles heridas, para ello tenemos que ir moviendo la sonda cada cierto tiempo y pegándola por distintas zonas, evitando presionar siempre las mismas. Conviene hidratar con crema el perímetro alrededor de la sonda.

Una vez hayamos cumplido nuestro cometido con ella, es momento de retirarla y para esto seguimos una serie de pasos bastante intuitivos.

  1. Informar sobre el procedimiento a realizar y solicitar colaboración al paciente
  2. Lavar las manos y ponerse guantes que no hace falta que sean estériles
  3. Subir el cabecero 45º. Puede estar en la camilla o sentado en la silla, el caso es que tenga la espalda recta en un ángulo de 90º y que a la hora de retirarlo se incline un poco hacia delante.
  4. Cubrir el pecho del paciente con un empapador o toalla, ya que muchas veces la sonda todavía cuenta con líquido en su interior y podemos manchar la bata o la silla del paciente.
  5. Introducir 20 cc de agua por la sonda para que no tenga contenido gástrico al retirar.
  6. Pinzar la sonda.
  7. Retirar apósito que fija la sonda en la nariz
  8. Retirar la sonda suavemente de forma continua, pidiendo al paciente que al mismo tiempo inspire profundamente y mantenga la respiración.
  9. Realizar higiene de las fosas nasales y de la boca además de limpiar restos que pueda haber del apósito en la nariz.
  10. Mantener al paciente en posición Fowler unos 45 minutos.
  11. Lavar las manos.
  12. Registrar procedimiento.

Sabemos cuándo podemos colocar una de estas sondas y para qué, pero bien ¿cuándo no deberíamos arriesgarnos a poner una sonda nasogástrica?


Cirugía nasal reciente y trauma severo en la cara media: estas dos son las contraindicaciones absolutas para la intubación nasogástrica debido a la posibilidad de insertar el tubo de vía intracraneal. Una sonda orogástrica puede ser insertada, en este caso.

Otras contraindicaciones incluyen: anomalías en la coagulación, varices esofágicas, banding reciente de varices esofágicas, e ingestión alcalina.

¿Y qué complicaciones nos pueden traer estas sondas?

– Aspiración: la principal complicación de la inserción de la sonda nasogástrica incluye aspiración.

– Incomodidad: un paciente consciente puede sentir un poco de molestia mientras que la sonda nasogástrica se pasa a través de la nariz hasta el estómago y puede inducir náuseas o vómitos. Una succión debe estar siempre presente y lista para ser utilizada en este caso.

– Trauma: el tubo puede lesionar el tejido dentro de la garganta, el esófago o el estómago si no se ha insertado correctamente.

– Colocación incorrecta: una colocación incorrecta de una sonda en los pulmones permitirá que los alimentos y medicamentos pasen a través de ellos lo que puede ser fatal para el paciente.

– Otras complicaciones de las sondas nasogástricas incluyen: calambres abdominales o hinchazón si las comidas son demasiado grandes, diarrea, regurgitación del alimento o medicina, una obstrucción o bloqueo del tubo, desgarro o perforación del tubo, y tubos que salen de su lugar y causar complicaciones adicionales.



Fuentes para esta entrada
1.Sonda de alimentación nasogástrica [Internet]. Medlineplus.gov. [citado el 10 de diciembre de 2022]. Disponible en: https://medlineplus.gov/spanish/ency/patientinstructions/000182.htm
  
2.Medicos P. Sondaje nasogástrico. Tipos y función. Indicaciones. Complicaciones [Internet]. Revista-portalesmedicos.com. 2020 [citado el 10 de diciembre de 2022]. Disponible en: https://www.revista-portalesmedicos.com/revista-medica/sondaje-nasogastrico-tipos-y-funcion-indicaciones-complicaciones/
  
3.Sonda Nasogástrica [Internet]. Salud Savia. [citado el 10 de diciembre de 2022]. Disponible en: https://www.saludsavia.com/contenidos-salud/otros-contenidos/sonda-nasogastrica
  
4.infogerontologia.com. Demostracion de colocación de sonda nasogástrica. Go Virtual Medical [Internet]. Youtube; 2016 [citado el 10 de diciembre de 2022]. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=wAAoxQfj9Qw
  




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