domingo, 11 de diciembre de 2022

Tratando el dolor: rescates mixtos

 Una de las principales funciones de la unidad de cuidados paliativos consiste en mejorar la calidad de vida en los últimos días del paciente por lo que gran parte del trabajo se centra en el tratamiento del dolor. Para esto se utiliza la analgesia paliativa que consiste en el uso de analgésicos para aliviar los síntomas refractarios, es decir, aquellos que debido a su etiología o el estado general del paciente no se podrán curar. Es importante recalcar que, por lo general, esta analgesia tiene como objetivo eliminar el sufrimiento y no reducir la consciencia del paciente a menos que este lo exprese de forma explícita. Además de eliminar el dolor la analgesia nos aporta beneficios secundarios ya que se evitan patologías producidas por el propio dolor como alteraciones del metabolismo o del sueño.

En esta entrada nos centraremos en explicar los rescates mixtos. Un rescate consiste en la administración de medicación analgésica para aliviar picos de dolor que pueden sufrir los pacientes en momentos puntuales. En concreto un rescate mixto está compuesto por la combinación de morfina y midazolam.

La morfina es el analgésico más utilizado en la unidad de paliativos dado su rapidez y potencia de acción. Es un opiáceo que se puede administrar en forma de comprimido, diluido en suero o directo y calma el dolor de forma rápida y segura si bien puede presentar efectos secundarios como estreñimiento, náuseas o confusión.

Por otra parte el midazolam es una benzodiacepina de acción rápida y duración breve que actúa como sedante y ansiolítico. Sus efectos son más leves que los de la morfina pero puede provocar dolor de cabeza, náuseas, somnolencia, etc.


Este rescate se administrará por inyección a nivel subcutánea por lo que la cantidad de fármaco nunca superará los 2ml y se absorberá de forma lenta. La punción se puede realizar en la parte anterior de muslo, hemitórax superior, zona del abdomen entre ombligo y cresta ilíaca, zona dorsal del glúteo o la zona más frecuente, en deltoides. En los pacientes ingresados en paliativos se suele utilizar un dispositivo fijo que incluye un catéter que se introduce a nivel subcutáneo que permite, de forma indolora, introducir varias medicaciones sin necesidad de realizar varios pinchazos



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