Una sutura es un procedimiento realizado por el profesional sanitario que consiste en la aproximación quirúrgica de los bordes de una herida para favorecer su cicatrización por primera intención. Puede realizarse con hilo, grapas, adhesivos tisulares o suturas adhesivas, esto dependerá de la zona y el tamaño y forma de la herida.
Para realizar este procedimiento será necesario:
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Portaagujas (guía la aguja)
Pinzas (para sujetar los bordes de la herida)
Tijeras
Bisturí
Agujas de suturas: cuentan con el hilo unido, de esta forma atraviesa el tejido realizando el menor daño posible. Pueden ser rectas de menor precisión pero no precisan portaagujas (para incisiones largas) o curvas, más frecuentes por permitir mayor precisión y accesibilidad. Existen diferentes tamaños de hilo según las necesidades de la herida.
Grapas: la técnica es más rápida y se reduce el riesgo de infección y necrosis
Suturas adhesivas: en superficies secas sin secreciones, se colocan de forma perpendicular separadas entre sí para permitir la salida de secreciones
Para realizar una sutura correctamente se debe seguir las siguientes recomendaciones:
Utilizar analgésicos locales
Limpiar la zona con clorhexidina o povidona yodada
Técnica estéril (guantes y material esterilizado)
Eliminar piel necrótica
Evitar la tensión, ya que dificultaría la vascularización y cicatrización y aumentaría el riesgo de infección
Si se siguen estas directrices se evitarán complicaciones frecuentes como son infecciones, dehiscencias, cicatrices hipertróficas o queloides o inclusos necrosis.
En la próxima entrada se comentarán en mayor profundidad aspectos como los tipos de suturas o los cuidados.
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